ESTÉTICAS DE LA AUSENCIA (galería fotográfica)
Fotografías: Carlos Candia
Texto: María Eugenia Meza Basaure
Totila Albert, José Carocca Laflor, Rebeca Matte, Mario Irarrázaval, Marta Colvin, entre otros, fueron contratados para hacer obras que perpetuaran el recuerdo de alguien que había partido. Y si bien quedaron en un espacio público de recuerdo y dolor, comenzaron como una iniciativa más que privada, familiar. Pero están ahí, en el Cementerio General de Santiago y son parte de un tipo de patrimonio que puede ser admirado por todos.
Tomando esta idea como base, los responsables del Grupo Nuestros Parques (dueños de los cementerios El Prado, Canaán, Santiago y El Manantial, en la Región Metropolitana, y Foresta, en La Serena) iniciaron una tradición inédita en el continente: organizar simposios internacionales de escultura, con el propósito no sólo de poblar sus espacios de obras de arte, sino de que el público pudiera tener contacto con los creadores mientras ellos elaboran las piezas.
Realizaron el primer encuentro en 2014, con seis escultores que, durante dos semanas, trabajaron al aire libre y en torno a la idea de la trascendencia. Los resultados quedaron en el Parque Santiago, sector Los Olivos. Al año siguiente, la convocatoria fue ampliada a diez invitados: seis chilenos y cuatro extranjeros que se inspiraron en la fraternidad y cuyas obras reposan en El Manantial de Maipú.
En la tercera versión, de octubre de este año, el concepto fue la unidad. Invitaron a 16 artistas quienes, en forma simultánea, crearon obras que quedarán en el cementerio parque Canaán, en Pudahuel. Para ello se trajo desde Calama 26 toneladas de mármol travertino, las que transformaron en obras, a la vista de todo el público que aceptó la invitación a observar el proceso en el Parque de las Esculturas de Providencia.
Los participantes de este año fueron seleccionados tras una convocatoria abierta mundial, apoyada por la International Sculpture Symposium Alliance (ISSA), organización a la cual pertenece el gestor de esta iniciativa, el escultor nacional Mauricio Guajardo.
Además de él, esta versión contó con los chilenos Sebastián Ihnen, Luis Inostroza y Marcela Romagnoli; con Pascale Archambault, de Canadá; Juan Bustillos, de Bolivia; Emanuela Camacci, de Italia; Rafail Georgiev y Petre Petrov, de Bulgaria; Susanne Paucker, de Alemania; Tanya Preminger, de Israel, y Yang Liu, de China. A las últimas jornadas se sumaron también cuatro grandes maestros: la mexicana Dolores Ortiz y los chilenos José Vicente Gajardo, Francisco Gazitúa y Osvaldo Peña.
Para sus organizadores, estos seminarios son “un desafío que cumplimos con pasión, respeto y excelencia, dejando así un legado que traspasará generaciones, llevando la esencia de cada concepto y haciendo de los cementerios parques un hogar del arte que sirve como última morada a los seres queridos que ya no están con nosotros”.
Al finalizar estos tres años, 32 esculturas de gran formato –algunas pueden llegar a los cuatro metros– en mármol travertino, material del que están hechos muchos monumentos e iglesias en diversas partes del mundo, habrán pasado a engrosar el patrimonio artístico de la Región Metropolitana de Chile.
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