Chorinho brasileño: La nueva música underground de Santiago
El Volantín, discreto bar-restaurant ubicado en el corazón de Ñuñoa, en Santiago, se cubre con vuelos nocturnos de sonidos y colores desde que la llamada Roda de Choro llegó a esa comuna para compartir el chorinho, uno de los géneros musicales brasileños de mayor tradición y complejidad existentes en el continente, pero a la vez uno de los menos difundidos en Chile.
Formando una rueda (o roda) en torno a una gran mesa, entre 15 y 30 intérpretes de diversos instrumentos, incluidos guitarra, trombón, bombo, flauta traversa, acordeón, clarinete y panderos, acuden a la cita quincenal de los días jueves. Muchos de ellos se conocen, otros sin embargo llegan por primera vez convocados por las redes, aunque todos habiendo dado lectura a las partituras correspondientes a cincuenta melodías que componen el repertorio.
Más que un espectáculo, Volantín acoge una experiencia instrumental de aprendizaje colectivo y mestizaje que se inició en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, ex Pedagógico, hace ya algunos años, con inmigrantes llegados de Brasil y chilenos de retorno en Santiago luego de haber permanecido en tierras cariocas para estudiar nuevas formas musicales.