Gotas de tinta

Contra la utilidad de las cosas

 

Por El Imprescindible Dr. Wong

 

Perdíamos alegremente el tiempo cuando alguien preguntó: ¿y cuál es la cosa más útil del mundo? Humphrey Bogart cuando dice play it again, Sam(*), miró al techo sosteniéndose el sombrero, Eddy la hiena triste apuró su vaso de aguardiente y se hizo un silencio de piedra.

El Imprescindible Dr. Wong miró al preguntón con los ojos cerrados, aspiró profundamente su pipa y habló, como siempre lo hace cuando habla de sí mismo, en tercera persona: el Dr. Wong cree o piensa o quizás sólo imagina que alguien se pasea con un violín sin cuerdas, porque ama el violín pero ha renunciado a tocarlo, por lo que las cuerdas no le sirven, ¿le sirve el violín? Sólo si llevarlo así de un lado para otro es fuente de placer en sí mismo.

Lo útil, continuó el Imprescindible Dr. Wong entre bocanadas de jazmín, es algo que sirve para conseguir otra cosa que no sirve para nada, como las cuerdas de ese violín, que sirven para hacer música; ya se sabe que el arte no sirve para nada y en eso descansa su mayor virtud, porque sólo las cosas inútiles producen placer. Pensar en estas cosas cansa mucho al Imprescindible Dr. Wong que prefiere pensar en mujeres desnudas mientras fuma jazmín en su pipa y escribe haikus que va dejando en los posavasos de los cafés y en las puertas de los baños públicos.

El Imprescindible Dr. Wong volvió a mirar con los ojos cerrados al preguntón y le dijo: el Dr. Wong cree o piensa o quizás sólo imagina que no eres poeta, porque a los poetas les interesa bien poco la utilidad de las cosas, sólo les interesa la belleza, que odian y tratan de destruir sistemáticamente a golpe de metáforas. Los artistas viven de placer, por eso todo arte es masturbatorio, todo poeta busca en sí mismo la libido literaria, y cuando no la encuentra le pasa lo que acá al amigo Eddy, la hiena triste, a quien no se le levanta la escritura hace meses y se esconde para que nadie se dé cuenta de que ha desaparecido.

El  Imprescindible Dr. Wong le regalaría un violín sin cuerdas a cada una de esas personas tan serias y ocupadas que ves por ahí, todo el día trabajando, todo el día haciendo cosas útiles y buenas, tanto, que se les ha olvidado el arte antiguo de perder el tiempo, no de hacer las cosas como quien ve llover, sino de sentarse, relajada y despreocupadamente, a ver llover…

 

(*) Humphrey Bogart cuando dice play it again, Sam, es una manifestación del Imprescindible Dr. Wong que puede también llamarse Eddy, la hiena triste, en cuyo caso se trataría de un homenaje.

 

Autor: Benito Martínez-Martínez