De cofradía a legado familiar: los marionetistas del Teatro Real de Toone
Una de las tradiciones mejor guardadas del folclore belga es, a la vez, el teatro de marionetas más antiguo de Europa aún en actividad. Está situado en pleno corazón de Bruselas, en la conjunción de estrechas calles medievales, por donde AguaTinta se internó para encontrar a su actual director, el “Toone VIII” Nicolas Géal, y conversar sobre la historia de este lugar y el rol del teatro de marionetas en el espacio cultural y social de la capital europea.
Los teatros de marionetas de Bélgica tienen su origen en una ordenanza de Felipe II de España, hijo de Carlos V. El rey Felipe II era detestado por el pueblo y por esta razón hizo cerrar los teatros para evitar que se convirtieran en un lugar de encuentro de sus detractores y así evitar que se acentuara la hostilidad hacia su persona. Los bruselenses habrían reemplazado a los actores por poechenelles, como se llama en jerga bruselense a los “polichinelas”, derivados de Pulcinella o Pulchinela, un personaje popular de la comedia del arte, originario del teatro napolitano y emparentado con Arlequín y Colombina.