Diamela Eltit da voz al loco
La pluma de Diamela Eltit (Santiago, 1949) se caracteriza por su foco en los olvidados, los ocultos, los silenciados. No es una apuesta, señala la autora, es simplemente escribir sobre lo que la moviliza, y si eso resulta ser aquellos que se encuentran en la vereda opuesta a la del poder, en cualquiera de sus formas, pues ésa será la impronta de su trabajo. Dos de sus libros apuntan directamente a la locura. En uno de ellos asume la voz del loco enamorado, el que carece de discurso propio, sumido en el olvido de un manicomio y en sus propias limitaciones; en el otro pasa el micrófono a un esquizofrénico que es en sí síntesis de la marginalidad, permitiendo que su voz, y no la de otro en su nombre, alcance a los lectores; un ejercicio que, como señala el profesor Leonidas Morales, marca un hito en la literatura testimonial.