El Gran Hotel Budapest
Por Marcia Vega
“Es un error muy común. La gente piensa que la imaginación del escritor está siempre en el trabajo; que él está inventando constantemente una fuente interminable de incidentes y de episodios; que él simplemente sueña sus historias de la nada. De hecho, lo contrario es cierto. Una vez que el público sabe que eres escritor, te traerán los personajes y los eventos. Y siempre que mantengas la capacidad de mirar y escuchar con cuidado, estas historias continuarán”.
Wes Anderson
El Gran Hotel Budapest (2014), es una coproducción estadounidense-alemana-británica, del director texano Wes Anderson, realizador tambien de Rushmore (1998), Vida acuática (2004), The Royal Tenenbaums (2001) y la animación Fantastic Mr. Fox (2009), entre otras.
Según afirma el propio cineasta, para dar vida a esta producción, que fue financiada y filmada en Alemania, se inspiró en los textos de Stefan Zweig, en trozos robados de parte de sus novelas Twenty-Four Hours in the Life of a Woman (1927), Beware of Pity (1939), The Post-Office Girl y de su autobiografía The World of Yesterday (1934–42), y escribió el guion junto a Hugo Guinness.
El conserje del hotel es interpretado por Ralph Finnes y constituye un guiño a la figura del autor austriaco. Una película absurda, divertida, emocionante, violenta y colorida al mismo tiempo.
Para la foto fija del presente número de AguaTinta hemos escogido el trabajo desarrollado para este filme por Martin Scali, quien no aparece en los créditos finales de la película como fotógrafo sino como director de la segunda unidad. Previamente había cumplido el rol de asistente de dirección para Anderson en la película animada Fantastic Mr. Fox. Esta colaboración resultó ser muy exitosa para Scali porque le llevó a dirigir, en 2011, el making-of de Moonrise Kingdom. Fueron los tiempos en que dirigió también dos cortometrajes, Trois Chats, protagonizado por Jeremie Renier, y Un Dejeuner du Dimanche, con Jean-Francios Stevenin, ambos muy alabados en varios festivales.
En la actualidad, Scali, profesional que creció entre París y Barcelona y estudió cine en Nueva York, aprovecha su experiencia dirigiendo a talentos para la comedia y el cine independiente.