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Huellas en el casco histórico de Montpellier

Cuando un visitante llega a esta ciudad mediterránea de 272 mil habitantes en el sur de Francia, lo primero que se le advierte es que debe conocer su casco histórico, llamado popularmente Ecusson, por su forma cartográfica, que es casi un pentágono, o un escudo (écu, en francés).

Esta denominación, tomada de la heráldica, es pertinente para una urbe de origen medieval. Al adentrarnos por sus callejas estrechas y sinuosas, pavimentadas con adoquines y todas vestidas de color beige, con sus iglesias, monumentos y la catedral de Saint Pierre, se hace evidente que, efectivamente, fue fundada en plena Edad Media, aunque su bella plaza principal, La Comedia, fuera construida mucho después, en 1755.

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