La Marche de l’Empereur
Por Claudia Carmona Sepúlveda
La realización documental del francés Luc Jacquet, estrenada en 2005, fue conocida en Hispanoamérica como La marcha de los pingüinos, mientras que en España su traducción fue El viaje del emperador, y se adjudicó el Óscar del año siguiente en esa categoría. La pieza sigue el recorrido que cada marzo inician los pingüinos emperador por tierras antárticas en busca del sitio de anidación, larga caminata que constituye el eterno regreso de esa especie al mismo punto que les vio nacer y desde donde, también inexorablemente, emprenden luego la migración que las leyes de la naturaleza les demandan, hacia el océano.
La fotografía del filme estuvo no en dos sino en cuatro manos: las de Laurent Chalet y Jérôme Maison. Por él, estuvieron nominados al premio a la Mejor Fotografía de la British Academy of Film Awards (BAFTA) en 2006 y obtuvieron ese mismo año, en conjunto con el director, el productor, los guionistas y el narrador, Morgan Freeman, el premio CAMIE, un galardón que reconoce a los filmes que presentan modelos positivos y fomentan valores como la superación de la adversidad y la integridad de carácter.
Chalet, nacido en Limoges, Francia, es especialista en fotografía documental y desde 1999 ha participado en más de una cincuentena de producciones entre cortometrajes y documentales para televisión, por lo general a cargo de la fotografía, pero también desde el sillón de director. Además de algunas realizaciones de corte histórico, la mayoría son sobre naturaleza y fauna, por lo que está habituado a trabajar en condiciones adversas y con luz natural. A los del continente antártico suma rodajes en los volcanes del Pacífico, el mar de las Bahamas, Mekong y el Congo. Su filmografía, que sólo para el año en curso incluye cinco películas, se detalla en IMDB y en el sitio de la Asociación Francesa de Directores de Fotografía Cinematográfica, AFC.
Maison, también galo, muestra una producción menos abultada pero más polifacética que la de su colega, con una docena de créditos en el sitio de IMDB, en varios de los cuales desarrolló más de una labor, desde camarógrafo de segunda unidad, pasando por director de fotografía y guionista, hasta director. Destaca en su currículum la publicación, en coautoría con Luc Jacquet, del libro March of the Penguins: Companion to the Major Motion Picture, editado a fines de 2005 por la National Geographic, testimonio de todo el año de grabaciones que hizo posible este filme.
Chalet y Maison resolvieron con éxito la extrema refracción de la luz en el continente blanco y dieron cálida textura a una pieza que registra el mágico e indisoluble vínculo de los seres vivos con el planeta y sus ciclos.