Ediciones anteriores

Luis Ricardo Falero y la belleza maldita

Nacido en Granada en 1851 y apenas conocido hoy en su país de origen, Luis Ricardo Falero hizo de las estrellas y del cuerpo de la mujer objeto de un mágico trabajo artístico.

Fue en Inglaterra donde, desde niño, aprendió inglés y el manejo del pincel y la acuarela, estudios que continuaría en París. Años después, y alentado por sus padres, se alistaría en la Armada Española, si bien la abandonaría a la edad de dieciséis años para estudiar Arte, Química e Ingeniería Industrial. Posteriormente dedicaría su vida exclusivamente al arte, asentándose en Inglaterra.

Fue discípulo de Charles Gountzwiller, Gabriel Guerin y Michel Drolling, aunque su referente español fue el pintor catalán Mariano Fortuny, con quien compartía el interés por el orientalismo que se convertiría en elemento fundamental de sus obras. Y es que en el contexto del siglo XIX, época de exploración de continentes como África y Asia, las narraciones de estas largas travesías dieron lugar a la creación de un mito que concebía a Oriente como un territorio indefinido e ilimitado, que devino en un culto a lo exótico y lo excéntrico.

Siga leyendo