Raúl Goycoolea, marcando los pies en el polvo
Crecí junto a jóvenes duros.
Duros y sensibles a los grandes espacios desolados.
RG
Raúl Goycoolea no es un fotógrafo de imágenes sueltas, como pueden ser o mejor dicho son en su mayoría los fotógrafos que buscan compartir la vitrina de la fotoprensa, tan maneada con la reiterativa obsesión por ese acierto mal llamado “vida diaria” que repleta en exceso el contenido de los concursos fotográficos en Chile. “Como si la vida no nos sugiriera de inmediato la idea de una continuidad en el tiempo”, afirma Raúl. En cambio, sus fotos, esas intensas series de largo aliento hechas en la errática itinerancia de viajes larguísimos a pueblos y selvas que reflejan o son -según señala-, de frentón, “la opaca metáfora de la marginación latinoamericana”, nos remiten a procesos creativos que por detrás tienen una pausada meditación.