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Wifredo Lam: Picasso y la tía santera

A lo lejos se escucha el tambor. Para el profano, hay sólo colores y formas hermosas, o raras, o ingeniosas, en una masa, en una madeja de seres dispares, multicolores; hay nalgas y brazos y ramas y hierbas y sexos, y todo está mezclado en una escandalosa armonía. Es una jungla densa, apretada, que devuelve la mirada al espectador atónito. Una jungla de razas, supersticiones, sortilegios, curas mágicas, brebajes misteriosos, collares de cuentas multicolores, trances violentos y muertos que hablan por la boca de los vivos. Y el tambor llamando.

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